La mayoría de los mandos a distancia disponibles para
controlar el entorno, utilizan señales de infrarrojos para dar órdenes a
otro dispositivos. Esta tecnología basada en la emisión de una señal
luminosa, no visible para el ojo humano, es la que también utilizan los mandos a distancia
de los aparatos electrónicos que se usan en el hogar como la TV, el
equipo de música, etc. Muchas veces hemos podido comprobar que para
controlarlos necesitamos apuntar con el mando hacia el dispositivo para
que responda, ya que se necesita visibilidad entre el mando y el
receptor.
Pero, ¿qué ocurre cuando lo que queremos controlar
no está en la misma habitación? ¿Cómo podemos dar órdenes a dispositivos
hacia los que no podemos apuntar directamente? Una solución es utilizar
señales de radiofrecuencia. Las señales de radiofrecuencia, parecidas a
las que utilizan los móviles, permiten transmitir información a largas
distancias, incluso atravesando paredes y sin necesidad de que el mando y
el receptor estén encarados.
El uso de esta tecnología es ideal, por ejemplo, para
activar a distancia una alarma de aviso a un cuidador o para
controlar dispositivos que se mueven como podría ser el caso de grúas de
techo. Del mismo modo es útil para controlar dispositivos con los que
no hay visibilidad, como una cama motorizada;
también para evitar desplazarnos, si queremos abrir la puerta a
una visita o si deseamos anticiparnos y encender la luz
de una estancia o un pasillo mientras nos acercamos.
Por este motivo, los mandos BJ incorporan estas dos
tecnologías: infrarrojos y radiofrecuencia. Gracias al control por
radiofrecuencia se pueden aprovechar las ventajas que nos ofrece esta
tecnología y gracias la control por infrarrojos se pueden integrar en el
mismo mando el control de los dispositivos que ya disponen de mandos a
distancia. De esta forma se consiguen unir en un único dispositivo las
máximas prestaciones para favorecer la autonomía de las personas con
discapacidad.
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